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Entrevista en terra.es

Entrevista a Bunbury

'ESCUCHAR RAP EN ESPAÑOL ES UNA ESPERANZA. EN EL POP Y EL ROCK VEO MUCHO ADOSADO'
Inició un viaje con un destino claro: Ninguna Parte. Fruto de ese proyecto interminable, veinte canciones con fecha de salida. El 17 de mayo sale a la venta 'El Viaje A Ninguna Parte', la vuelta en solitario de un Bunbury con un objetivo: disfrutar del momento, incluida la promoción. Esto es lo que nos contó.

Entrevista: 1ª parte: Ninguna Parte
Entrevista: 2ª parte: Bunbury, Dylan y la industria

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'El Viaje a Ninguna Parte'. ¿Qué tiene ese destino?
                                                                                                                                                                                                  Ninguna Parte es un lugar magnífico donde estar. El viaje tiene tres lecturas. Por un lado tiene la lectura musical, que sería un viaje por los palos y los géneros de raíz que más me interesan de América, desde Argentina hasta Chicago; un viaje personal y físico por distintos países latinoamericanos, principalmente Perú y Nicaragua; y un viaje personal interior. Las tres formas de viajar iban al mismo lugar. Ha sido un viaje en el que disfrutaba de cada momento sin pensar en cuál era la meta ni musical, ni física ni espiritual. Creo que lo que importaba era estar ahí, estar metido en el vagón y disfrutar del momento en cada lugarcito donde estuviera.

Cuando uno es viajero quizá observa más de lo normal. Has compuesto las canciones de viaje. Las letras de este disco ¿son especialmente intensas?
Para mi los textos son muy importantes en este disco. Las canciones forman parte de esta sucesión de secuencias por lo que están diciendo los textos y cómo lo están diciendo. Para mí era importante encontrar un lenguaje para este disco, un lenguaje que no fuera necesariamente parecido a 'Pequeño' o 'Flamingos', un etapa sencilla, o a mi etapa con Héroes, más barroca. He querido encontrar una forma diferente de escribir, más cercana a la canción popular latinoamericana y, sobre todo, a los discursos de los cantantes de tango, un referente para mí.

Hablando de letras: "El hip hop es una de las músicas donde más se dice. Más que en el pop o el rock". Es una frase de Verdaderos Kreyentes. ¿Estás de acuerdo?
Completamente. Me parece que es vergonzoso lo poco que decimos los músicos, en general, en nuestras canciones. Ahora mismo, una gran esperanza para mí es escuchar discos de rap español, que me parece que está llegando a una mayoría de edad. Hay discos y gente como La Mala, La Excepción, Mucho Muchacho... que dicen cosas de verdad en los textos. Oigo el pop y el rock y veo seres muy vacíos, veo mucho adosado, veo mucho aburguesamiento y poco interés por una parte de la música que me parece fascinante y que es la conexión con la gente, la conexión de corazones y de mentes.

Sólo se fijan en la desconexión del baile o de la música frívola o de entretenimiento, que me parece también muy bien y creo que es una parte que tiene que cubrir la música.

Darle vueltas a la cabeza o al corazón creo que es necesario y hay muy poca gente que lo haga a día de hoy. No sé si es poco conveniente o simplemente hay poca gente que quiera mojarse. Creo que los 'hiphoperos' lo hacen de puta madre.

En tus discos has sido cabaretero, boxeador, viajero. ¿Con qué faceta te quedas?
Soy viajero y en mis ratos libres me dedico a cantar y a hacer canciones. Me gusta también mucho la literatura, principalmente la poesía, y navegar. Luego viene la música.

'El Viaje A Ninguna Parte' es un disco doble. ¿Tanto material tenías? ¿Qué parte del viaje eliges y por qué?
Al final no lo he separado. En un principio iba a hacer dos separaciones claras, business y turista, pero no lo he hecho porque todas las canciones son de business y todas de turista, todas tienen algo del viajero Visa Oro y todas mucho de meterte en lugares en los que nadie te llama con la mochila y con una libreta.

El orden es un orden de secuencias con un descanso pero va de la primera a la veinte. Sirve para contar una historia entera. Y aunque sea doble me parece que es el disco doble más corto que he podido hacer. Es una de esas películas que duran tres horas porque duran tres horas y no porque lo hayas decidido por esnobismo. No podía contar un viaje interminable que va hacia Ninguna Parte en diez canciones; sería un viaje turístico, Halcón.

La salida del disco está a la vuelta de la esquina pero también tu gira. Por ahora tienes en la agenda 80 conciertos cerrados. Para Bunbury, ¿qué tiene que tener un concierto para ser bueno?
Tiene que haber esa conexión con la gente. Casi siempre me lo paso muy bien, excepto cuando siento que por alguna razón extraña se ha roto el hilo de comunicación, esa es la única frustración que encuentro. Pienso que encima de un escenario se está mucho mejor que debajo. Estás iluminado, tienes la ropa adecuada... se vive muy bien dentro de una canción. Luego bajas las escaleras, llegas a la vida real, y el coche está jodido, hay que pagar a Hacienda... Es una mierda fuera.

Y cuando uno no encuentra esa conexión de la que hablas. ¿Qué hace?
He hecho de todo pero me puedo enfadar mucho conmigo mismo, aunque a veces lo pague otra gente.

Componer, grabar, saltar a los escenarios, promocionar tu trabajo... ¿Con qué parte de la cadena te quedas?
No te creerás si te digo que lo que más me gusta es la promoción ¿verdad? En realidad no hay ninguna que me parezca fea en sí misma. Pero sí hay momentos en los que internamente estás más dotado para una cosa. El año pasado para mí fue un año en el que hice sólo 30 conciertos y no todo lo satisfactorios que yo quería porque tenía la cabeza en la composición. Hay veces que estás de gira y no te sale una canción. Intento en cada momento disfrutar lo más posible de lo que estoy haciendo.

¿Con qué no encaja Bunbury musicalmente hablando?
Pon cualquier radio del dial español, no encajo con el 99%. Lo siento pero no sé dónde puede entrar mi música. Pero no lo sé porque tampoco sé dónde puede entrar la mayor parte de la música que me gusta, porque no suena. Hay una dictadura de la música efímera, de la música de consumo, que no me parece mal sino que abarrota todo. Ocupa demasiado espacio en el dial, en la televisión, en los suplementos de los periódicos... Hay demasiada música chorras en nuestra vida. No digo que haya que eliminarla sino que falta, abrumadoramente, la música de contenido.

Es muy extraño que no puedas escuchar en la radio a Caetano Veloso. ¿Por qué no? Es una reflexión que tienen que hacer las compañías y las radio. La que yo hago es irme a la tienda de discos, comprar a Caetano, apagar la radio y ponerme mi disco. Es lo que nos están haciendo hacer.

Has tenido muchos años para ver la evolución y evaluar la industria discográfica. Dime en qué acierta la industria y en qué se equivoca.
En general está equivocada en casi todo pero yo no tengo inversiones en el mundo discográfico. Mi negocio es hacer canciones y conciertos. La industria tiene que hacer su propia reflexión. Es una industria muy joven. Hace cien años no había industria pero sí música. Cuando desaparezca la industria, si desaparece, la música seguirá existiendo. A lo mejor tenemos que volver a ser los trovadores que vamos de un lugar a otro tocando nuestras canciones. No importa, ese es mi oficio.

El éxito y la fama no forman parte de mi oficio. Lo que forma parte es esa pequeña cosa que es hacer canciones y tocárselas a la gente. Son ellos los que tienen que reflexionar porque el formato está diciendo "adiós compañeros, me voy".

Dylan te apasiona. Hiciste una versión que distribuiste a través de la web de Flamingos. ¿Se te ha pasado por la cabeza distribuir próximos trabajos a través de una vía alternativa a las tiendas?
En concreto con este proyecto que hemos montado y que se llama Los Chulis (Mercedes Ferrer, gente de mi banda...) lo que hacemos es regalar música. Hacemos e interpretamos canciones de forma muy rápida, las colgamos en la web para el que quiera. Es un proyecto que queremos llevar más lejos, queremos regalar la música a personas concretas. Es volver a las bodas y banquetes. Te voy a hacer una canción para tu boda. O si es tu cumpleaños te grabamos tu canción favorita. Es un concepto muy bonito aunque poco práctico.

Tres artistas a los que darías licencia para que hicieran versiones tuyas.
Si nos ponemos así... Bob tendría que hacer alguna... No hombre, no puedo decir gente imposible ¿no? Bueno Bob Dylan, me encantaría Leonard Cohen y creo que Tom Waits. Canción fija no tengo. Les dejaría que hicieran la que quisieran. Tampoco les vamos a obligar ¿no?


 

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